Juanito y el azúcar???

Corrí rápidamente a abrazar a mi padre. El me ayudó a limpiar la arena de mis zapatos recogí mi balde y palitas y me tomó de la mano para llevarme a comer la colación que mi madre había hecho para el paseo. El mar estaba tan tranquilo, mi sándwich sabía mejor que comerlo en casa, y para qué hablar la leche con chocolate en cajita, muchísimo mejor. Mi papá probaba suerte con su caña de pescar, lamentable para él los pececillos nunca cayeron en su trampa. Mi mamá me abrigó y ayudo a cambiar el traje de baño mojado y me sentó al sol, mientras ella se acomodaba en su toalla y leía una de esas revistas para mujeres que dicen como quitar las arrugas y cambiar de color el cabello, cosas que no entendía por qué eran tan divertidas, seguía prefiriendo rayar los comics de archie, bueno quién iba a saber qué más grande iba a entenderlos porque ya podría leer y no sería necesario Re-colorearlos para no aburrirme. Se hacía tarde para almorzar, mi padre empieza a desarmar el quitasol, mi madre sacude las toallas y yo la imito, cargamos el canasto y nos llevamos las cosas a la camioneta. Quería ir atrás pero no me dejaron porque era peligroso, así que me senté con mi mami. Llegamos a la casa me bañé y almorzamos unas ricas empanadas de queso. Luego ayude a recoger la mesa y limpiar para ir a jugar a la calle un rato. Mi mamá me dio permiso pero no mucho así que lo aproveché con ganas. Luego de que me hacen entrar a la casa decido ver televisión, hmm nada entretenido, salgo al patio y le ayudo a mi papá a plantar tomates, fue muy entretenido. Tarde, hora de tomar once, plátano molido con yogurt, una leche con chocolate y pancito con palta, lo mejor. Luego de marear a mis padres con tanto bla bla me mandan a acostarme, que triste aún no tenía sueño. Pasa un rato y llega mi mamá, me cuenta un cuento super repetido pero me encantaba, “juanito el conejito” que pierde el dinero para el azúcar que su mamá lo había mandado a comprar, juanito sufre porque en vez de ir a hacer el mandado de su madre se va a jugar a la pelota con sus amiguitos del bosque y paff! Las moneditas se le caen de su bolsillo y no las encuentra. Su mami tenía que hacer un quequito pero no tenía el azúcar, por fortuna juanito tenía excelentes amigos que le ayudaron a recuperar el dinero, su madre entendió y les hiso un delicioso queque a él y sus amigos… No estoy segura de que así terminaba en estos momentos ya dormía plácidamente.

Paso la noche, luego el día siguiente, después la semana, los meses, años…
Y sigue así que tras 15 años no existe manera de volver al pasado.

Nos obligan a cambiar y a conformarse en ser adulto y aceptar que no hay vuelta a atrás. Es difícil, pero algo tengo más que claro y es que esa historia no me la cambie nadie.





ATTe

1 comentarios:

Desmond Rentor. dijo...

debes recordar las veces que te he dicho no pensar en el pasado, mujer. Pero la verdad, estas historias son demasiado especiales y endurecen la experiencia al ser contadas. que bueno que te llegaron los msjes :). un beso, cata.

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